26 noviembre 2015

Rubem Fonseca. Aventuras y algo más.



La fórmula de Rubem Fonseca es particular y efectiva. El libro se lee como una de esas viejas historias policiales (o thrillers, según la época), donde a cada rato pasa algo nuevo que atrapa y no da descanso a quien lo lee. Pero lo que puede diferenciar a este brasileño -que es difícil de encontrar en Argentina- con el resto de su género, es esa pizca o pátina detallista y profunda que baña toda la historia.

El protagonista es un cineasta, un tanto lumpen, que supo hacer todo tipo de géneros: documentales, históricas, de acción, etc. Aunque lo que más le gusta es hacer adaptaciones de escritores de renombre y sufre el mismo problema que casi todos  los cineastas del mundo: la falta de fondos para poder hacer su trabajo. Como la gran mayoría también, a veces esa búsqueda de dinero se transforma en su obsesión. La profesión del protagonista le permite a Fonseca bucear por el mundo del cine y de la literatura. Por eso menciona a los clásicos del inicio del cine mudo, las técnicas que fueron sumando libertad a la hora de narrar una historia y un sinfín de escritores ideales que pueden ser adaptados para la pantalla grande: Sófocles, Shakespeare,  Artaud, Dostoievski, Maupassant, Conrad o Isaak Bábel, un ruso judío que cayó en desgracia durante el régimen comunista, asesinado por la purga de Stalin, cuya última obra se pensaba que había sido destruida. O eso era lo que todos creían. A partir de este detalle, la trama se dispara hacia otro lado.
Todo esto sumado a las grandes capacidades amatorias del cineasta, así definido por él mismo, sin ánimo de petulancia y dando muestras de ello a lo largo de las páginas y las relaciones amorosas que desfilan mientras escapa de traficantes de diamantes o de la policía soviética en tiempos de la Perestroika. También podemos agregar que escapa de ellos porque los traiciona y les roba. Acá no hay equivocaciones o malos entendidos, nuestro cineasta no es honesto y lo sabe. Pero hace lo que puede.

Gran libro. Y eso que no es de los mejores o más premiados del autor, muy prolífico por cierto. La lista de los mejores parece que empieza con El caso Morel, y sigue con tantos otros más como El gran arte, Buffo y Spallanzani o Agosto. Es fenomenal que se reediten autores brasileños de esta talla a nuestro idioma. Eso  nos muestra que hay mucho más por conocer; y nosotros, agradecidos.

Vastas emociones y pensamientos imperfectos
Rubem Fonseca (1925)
Tajamar Editores

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